28 noviembre 2006

Dulce recompensa

Es pringoso y dulce, hecho con azúcar y grasas saturadas, entonces debes comerlo sólo como un capricho muy raro. ¿Se puede decir lo mismo de una deliciosa fuente de fresas, o de un zumo de naranja muy dulce? ¿Dónde está el problema aquí, por qué elegimos tartas y chocolate por encima de las mejores ofertas de la naturaleza? Si no tienes un desequilibrio genuino de glucosa, una de las causas puede ser que los tentempiés dulces estén profundamente ligados a nuestra infancia, donde frecuentemente, ‘los dulces’ se daban como recompensa a un comportamiento bueno, o para aplacar o consolar a un niño triste. Nuestra memoria automáticamente asociará comidas dulces como una recompensa o un consuelo.


Esa barrita de chocolate o bollo pegajoso que devoras después de una tarde estresante pudiera ser una recompensa hacia ti mismo por tu duro trabajo. Si piensas que puedes estar usando los dulces como una ‘recompensa’ o consuelo y quieres quitarte ese hábito, simplemente recuerda que el aumentar de peso NO es una recompensa. ¡Entonces piensa en una recompensa donde la comida no esté involucrada!